EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS se ha establecido como normal, que la mayoría de las Personas mayores de 75 años, vivan con un cuidador/cuidadora informal, en definitiva personal doméstico, (con todo el respeto a ésta profesión) que no tienen la preparación adecuada para asumir las tareas que los familiares les suelen asignar: preparación y administración de medicamentos, control de glucemia, tensión, oxígeno, (si lo utiliza) acompañamiento a las visitas al Médico de cabecera/especialistas, etc.
Aserma, después de casi dieciocho años realizando servicios sociosanitarios en domicilio, ha podido comprobar que los efectos que éstas situaciones conllevan, son en la mayoría de los casos irreversibles:
- Aparición de escaras por falta de hidratación, inmovilidad en cama/sillón durante horas, sin cambios posturales
- Infección de orina (en mujeres incontinentes) por no cambiar los pañales con la debida frecuencia
- Descontrol de diabetes, por no saber aplicar las dosis de Insulina apropiadas, después de tomar el nivel de glucemia
- Tensiones arteriales descontroladas, por no conocer los valores medios adecuados, lo que implica falta de comunicación al médico, para tomar medidas convenientes
- Riesgo de confusión al administrar medicamentos, al desconocer las interacciones
- Dietas desequilibradas e incorrectas, según la característica de la Persona
Sería muy extenso enumerar todos los riesgos de una mala atención, sobre todo a personas que sufren alguna patología, y que deberían ser atendidas y vigiladas de forma profesional.
La justificación que la crisis económica es la causa que obliga a tomar estas decisiones a las Familias, no es exacta en la mayoría de los casos. Las Familias optan por ésta opción, muchas veces errónea, porque creen han solucionado un doble problema, resolver las tareas domésticas y atender al Familiar (que no sólo tiene años, sino incontinencias, dificultades de movilidad, pluripatologías, etc.) Además de suponer un considerable ahorro económico, facilita no tener que dedicar más horas de las imprescindibles, en visitas para comprobar las incidencias, solucionar problemas, revisar compras, etc.
Cuando han comprobado por los resultados obtenidos, que se han equivocado, lo más habitual es ingresar al Familiar en un Centro Residencial, que enmiende los errores cometidos por el cuidador/cuidadora, y no siempre esto es posible.
Según un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona, el 78% de las Personas Mayores prefiere la atención domiciliaría antes que la estancia en un Centro Residencial
La solución más adecuada sería tener personal para las tareas domésticas y los servicios de profesionales para atender las necesidades sociosanitarias de la Persona Mayor, evitando tener que desplazarla fuera de su entorno habitual, muchas veces en contra de sus deseos.